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Tipos de rinoplastia

Los dos tipos principales de rinoplastia son quirúrgica y no quirúrgica:

Rinoplastia no quirúrgica

Está indicada mayoritariamente en pacientes con imperfecciones mínimas que no quieren operarse. El ácido hialurónico se utiliza como relleno y se coloca en diferentes partes de la nariz con el fin de camuflar una joroba dorsal, una punta abultada, etc… Dicho esto, es importante saber que no todo el mundo es un buen candidato para esta intervención y que el procedimiento debe repetirse cada 9 a 12 meses aproximadamente.

Rinoplastia quirúrgica

Las dos categorías principales son la rinoplastia cerrada y la abierta.

Rinoplastia cerrada: en este procedimiento, el cirujano accede a la estructura cartilaginosa de la nariz a través de una incisión realizada dentro de la nariz sin dejar cicatrices en la piel. En algunos casos, todos los objetivos quirúrgicos se pueden lograr a través de este acceso limitado; sin embargo, algunas técnicas avanzadas requieren la visualización directa de la estructura nasal para obtener resultados óptimos.
Rinoplastia abierta: Aquí se pueden ver y acceder a todas las estructuras de la nariz con visualización directa, lo que permite al cirujano realizar técnicas avanzadas y precisas. En cuanto a las cicatrices, la única diferencia entre la técnica abierta y cerrada es que la primera tiene una cicatriz extra muy pequeña en la columela (la estructura que conecta el labio superior con la punta de la nariz). Esta cicatriz, cuando se cierra correctamente, puede volverse invisible unos meses después del procedimiento.